Si, vale, ya sé que el año pasado también dije que sería el partido del Siglo. Pero es que en ese momento lo era: Un Real Madrid nuevo, líder, con una nueva etapa Florentiniana y con jugadores de la talla de Cristiano Ronaldo, Kaká o Xabi Alonso; visitaba el feudo del mejor equipo del planeta, el recién campeón de cinco títulos -sin contar claramente el del Mundialito de Clubes que ganaría después en Diciembre-, el F.C Barcelona de Messi, Xavi, Iniesta y compañía. Era el partido del Siglo, el partido que englobó a los mejores jugadores del mundo, el que enfrentaba al mejor equipo del siglo XX contra el mejor del siglo XXI... pero digo "era" porque este año el "Clásico" se ha agrandado todavía más.
Y los factores son claros y simples: El primero, y para mí el más importante: la presencia de Mourinho en el banquillo del Real Madrid. No hay aliciente más poderoso a un partido de tal rivalidad entre madridistas y azulgranas que incluir en el bando merengue a, posiblemente, el personaje más odiado por los culés en toda su historia. Para más efectos, el mismo Señor portugués fue el que tomó el relevo del Barça de Guardiola la temporada pasada con su Inter, ganando los tres títulos y alzando una Copa de Europa venciendo en las semifinales al propio conjunto blaugrana. Las celebraciones en en el Camp Nou tanto ese año como cuando dirigía al Chelsea son muy recordadas por los culés, que ya lo esperan con impaciencia el próximo 29 de Noviembre.
La segunda clave tiene que ver con la revalorización de los jugadores. Si, señores, hace unos meses la Selección Española nos dio un Mundial que recordaremos para el resto de nuestras vidas... y con ello, además, nos dieron sin darse cuenta un duelo capaz de enfrentar hasta a trece campeones del mundo, trece jugadores que tocaron la cima el pasado verano en Sudáfrica y que fue capaz de unir a cualquier aficionado, fuera merengue, fuera culé, fuera del Alcoyano..
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