En el fútbol, como en la vida, aprendí que hay que ser agradecido. Que nunca hay que tirar por la borda miles de momentos irrepetibles del pasado por tres milongas del presente. Y también aprendí que no hechas en falta algo hasta que lo pierdes. Eso ha pasado siempre y siempre pasará. Y además, también aprendí que los grandes siempre vuelven, sobre todo cuando más falta hacen. Cuando más se les necesita. Como el mito. El Ferrari blanco. La imagen del mejor club del siglo XX durante quince años. El emblema y el espíritu que cabalgaba como alma y pena y medio "moribundo", salió de las catacumbas para volver a renacer. Muy pocos recuerdan ahora lo que fue Raúl para el Real Madrid, pero sé que hay gente como yo que está orgullosa de que el siempre "7" blanco siga, a sus 33 años, marcando goles como churros.
La situación era complicada. El Schalke 04, subcampeón la temporada pasada solo por detrás del Bayern Munich, ha permanecido en descenso prácticamente todas las jornadas de la Bundesliga. Magath no dudó nunca de Raúl, ni siquiera en muchos de los partidos en los que apenas tocaba el balón. Su equipo no tenía juego, ni jugadores de mediocampo capaces de crearlo. La situación era insostenible, el conjunto de Gelserkitchen solo había ganado un partido en diez jornadas. Y entonces apareció él. Apareció ante el St.Pauli, para marcar dos goles vitales ante un rival directo en la lucha actual del Schalke por la zona de abajo, y en esta jornada marca ante el Werder Bremen su primer hat-trick en Alemania para sacar a su equipo del descenso, el último de una gran vaselina dentro del área, al que puedo considerar como mejor gol de la jornada. La leyenda viva blanca ya es el nuevo héroe en Alemania. Sus registros goleadores se antojaban escasos, pero Raúl ya lleva seis goles en Liga y dos en Champions, bastantes para la débil trayectoria del equipo actualmente.
Y lo mejor es que su ambición no tiene límites. Que no se da por vencido. Nunca había vivido una doble experiencia como ésta, primero jugar fuera de España y segundo luchar por no descender, en un conjunto que tampoco se ha preocupado nunca por este problema. Pero Raúl los está afrontando con agallas, echándose el equipo a la espalda como hacía en el Real Madrid, porque él será capitán allá donde vaya. Sin duda, y por mucho que digan los anti-raulistas que olvidaron sus 331 goles, siempre estaré agradecido a este jugador, siempre lo hecharé en falta y por supuesto, siempre me sentiré verdaderamente orgulloso y feliz por él. Que los grandes siempre vuelven, y cuando más falta hacen.
Ese no va a volver nunca, es un abuelo.
ResponderEliminarYa ves que ha vuelto... xD
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