Hoy es un gran día. 11 de Julio de 2010. La selección española juega por primera vez en toda su historia una final del mayor torneo de fútbol del mundo. Muchos podrán decir que han visto a una gran generación de futbolistas llegar a lo más alto en esta competición, luchando con esfuerzo y coraje, jugando mejor que cualquier equipo en el planeta, y juntos con una fuerza que los hace todavía más grandes. Da igual lo que pase hoy. Han pasado a la historia. Pero a ellos no les basta. En realidad, todos soñamos con ver a Iker levantando la Copa del Mundo, pero nadie se atreve a darlo por hecho. Todos lo podemos imaginar, pero algunos se dan con un canto en los dientes si somos sub-campeones. Y eso es por el miedo. El miedo a la derrota. El miedo a perder estrepitosamente. A caer por culpa de los árbitros. A creernos inferiores al resto. A que el fallo de las ocasiones nos cuesten caras. A que los penaltis nos priven del título. A que un codazo nos parta la cara y nos deje fuera. A que nos anulen dos goles legales. A que nos ganen por una jugada tonta.
Yo no tengo miedo, me da igual lo que diga la experiencia. Sufro en cada partido como si fuera el último de la existencia, pero no tengo miedo. Confio plenamente en ellos. Me da igual que nadie haya perdido tres finales de un Mundial. Me da igual que juegue en Holanda el que para mí no sólo ha sido el mejor jugador del mundial, sino del año entero, Sneijder; me da igual que los naranjas se cierren y jueguen al contrataque buscando al grandioso Robben. Me dan igual los fantasmas del pasado. Me da igual la mala suerte. Porque esta selección está hecha para ganar títulos. Para sudar sangre, para vencer cualquier obstáculo. La que consigue que un país entero de 46 millones de personas se pare 90 o. quien sabe, 120 minutos. Una selección que, como dijo Iker, está hecha para hacer cosas grandes. Y lo más grande está por llegar... quien sabe si a las 22:30 estaremos celebrando el mayor hito de la historia del deporte español, algo que sólo podremos ver los que existimos en estos momentos. Lo único que sé es que no quepo en sí de orgullo hacia mi selección, que confio plenamente en ella, pase lo que pase, y siempre estaré agradecido a Casillas, Reina, Valdés, Ramos, Piqué, Arbeloa, Puyol, Capdevila, Marchena, Albiol, Xavi, Cesc, Xabi Alonso, Busquets, Javi Martínez, Iniesta, Silva, Mata, Pedro, Navas, Torres, Llorente y Villa. Porque me han hecho vivir grandes emociones, emociones que no había sentido en la vida. Sólo un esfuerzo, y permaneceréis en el Olimpo por siempre. Sí que lo conseguirán. Porque son los mejores. Podemos, quien dijo que no hace tres años. Ni después de las debacles, ni de la derrota en la Confederaciones, ni la de Suiza, van a impedir que esta selección, este país, esta afición, siga creyendo. Vamos, España.
Domingo, 11 de Julio de 2010
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