lunes, 29 de noviembre de 2010

Historia del Partido del Siglo, Capítulo VI

Hoy es un gran día. A las 21:00 h, las calles permanecerán desiertas hasta las once. Los bares, a pesar de ser un lluvioso y, para los que curran, triste Lunes, rebosarán de gente en todos los lugares de España. Aunque no sólo en España, un partido como éstos consigue parar al mundo entero. Porque, aunque fuera “simplemente” el Clásico, seguiría siendo el mejor partido que se puede ver en cualquier rincón del planeta. Ni el Manchester United – Chelsea, ni el Inter – Milán... ni siquiera se pueden encontrar partidos así en Alemania o Francia... pero es que encima, para mayor disfrute, esto no es sólo un Clásico: es el Partido del Siglo. Del Siglo XX y del Siglo XXI. Vamos, el mejor partido de la historia. Y quizás luego no cumpla las expectativas, quizás sea un rácano 0-0, táctico, de mediocampismo, sin ocasiones, sin fútbol. Es muy difícil que ocurra esto, pero todo en el fútbol es posible. Pero lo dudo mucho, porque este partido presenta a los mejores jugadores del panorama futbolístico mundial, sólo comparado con algunos jugadores de la Premier, como Drogba, Lampard, Rooney, o Cesc Fábregas. El resto, sin contar a Sneijder, Robben o Ribery, estarán en el césped del Camp Nou. Hasta 13 campeones del mundo, hasta 10 candidatos al Balón de Oro. Los líderes de Europa, los técnicos más laureados del momento. Puede que el listón esté muy alto, pero esta noche se presagia una apasionante fiesta de fútbol.


Y más allá de todo lo dicho, este partido, para madridistas y culés, es más que el Partido del Siglo. Supera los límites del forofismo. Es más, por muy objetivo que pueda llegar a ser, en este partido sólo puedo pensar en una cosa: ¡Que gane el Madrid! Sólo así podré pasar el resto de la semana y parte de la siguiente en estado de “normalidad”. Porque aunque estuvieran los dos equipos en mitad de tabla, este partido sería nuestro centro de atención hasta el siguiente en el Santiago Bernabéu. A mí estos partidos me superan. Sólo pude conciliar el sueño a las cinco menos diez de la madrugada, ya que no podía dejar de pensar en el partido. Me quedé en la cama viendo resúmenes de Clásicos desde el 98, y todos, casi sin excepción, me pusieron los pelos de gallina. Nada más levantarme, la camiseta del Madrid del Pipita Higuaín estaba preparada para ser enfudada. Al mediodía, mientras Sandro Rosell y Florentino Pérez comparten una amistosa comida de directivas, mi primo Frank (más culé que Laporta) y yo comeremos en “Los Currantes” en nuestra particular comida entre rivales. Y luego al Bar, toda la tarde, viviendo la emoción de las horas previas. Y ahora, a las 11 de la mañana y en plena clase de Gestión de la Empresa Informativa, escribo este Capítulo seis de un partido que puede marcar un antes y un después. Esta noche, a disfrutar del fútbol: F.C Barcelona – Real Madrid.

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